Crónica de un festejo bonito

Resumen. Esta campanita relata lo sucedido en mi patria cuando celebraba 30 años a partir de la epifanía memorable que transformó mi vida. El escrito y su canción “En ti” se pueden escuchar aquí: (en proceso)

La canción también se puede escuchar al final del texto.

La Presentación del blog provee información acerca del propósito de estas campanitas y la Organización del mismo muestra cómo las entradas se agrupan por categorías. Esta entrada pertenece a las categorías “Cuestiones de fe” y “Campanitas vivenciales”.


En el mes de marzo de 2019 llegué felizmente a mis 30 años de vida. No, no me estoy quitando las primaveras, en serio, es que estoy contando a partir de una inolvidable epifanía que cambió mi vida, una bella experiencia inspirada por descubrimientos científicos inesperados, cual relatada, por ejemplo, al gran escritor José Saramago y también un poco mejor aquí.

Para celebrar mi nacer de nuevo dándole las debidas gracias a Dios, viajé a Colombia para compartir conferencias De la ciencia a Jesús y así dar testimonio de lo que Dios ha hecho en mi vida. Cuando con el paso de los días ya me parece que el viaje fue como un sueño, aquí relato lo sucedido, lo cual, como verán, fue muy bonito.

Como se puede observar—y, si se quiere, estudiar—aquí, en dos semanas compartí, a partir del material en mi clase seminario Caos, Complejidad y Cristiandad, un total de dos a la cuatro conferencias, o sea dieciséis. Este guarismo repetido, hallado ya en estas campanitas en el número de mis cartas al Papa Francisco y en el conteo de las puntas de un gran rosetón evocando dos de la chamuscada Catedral de Notre Dame, es, hoy por hoy, mi nuevo récord de charlas por la patria y representa desde ya una cifra para emular y acaso sobrepasar en otras ocasiones y latitudes.

Aunque la mayoría de los eventos sucedieron en universidades de Bogotá, tuve pláticas también en dos Grupos de Oración en la capital, en un retiro en la población de Guasca organizado por mi buen amigo Jorge Eliécer Rivera y otra en un seminario católico en la población de Zipaquirá. Además de regresar a la Universidad Javeriana, a Uniminuto y a la Universidad de los Andes (mi alma mater), compartí también, y gracias a Juan Sebastián de Plaza, mi promotor estrella, en otras cuatro universidades (¡dos a la dos!) en las que no había hablado antes: la Universidad Católica de Colombia, la Universidad de la Salle, la Universidad Santo Tomás y la Universidad Piloto de Colombia.

Puedo decir, con toda alegría y gracias a Dios, que todas las conferencias fueron muy bien recibidas. Tal y como ha sucedido ya por años, en la medida en que el mensaje de amor de Jesús a partir de la ciencia se va explicando y consolidando, aparece primero un poco de asombro y luego un gozo vital en los asistentes. Ciertamente la inclusión de canciones siempre le agrega una dimensión diferente y especial a los encuentros y así ocurrió en este viaje. Hubo audiencias muy felices entonando “Oh virgen preferida” con ritmo del famoso “Pueblito viejo” (un himno muy especial en Colombia) y otras particularmente sonrientes al notar que cantaba mi “Nacer de nuevo” empleando una melodía inesperada.

Sabiendo muy bien que dos horas en estos tiempos modernos son algo así como dos eternidades larguísimas (¡dos a la uno!), a continuación incluyo con alegría el video de la charla Oye, decídete a amar, usa la hipotenusa, la cual dicté, honrando al Padre Rafael García Herreros, en el Parque Científico de Innovación Social de Uniminuto invitado por mi amigo Juan Fernando Pacheco

jaja

… Y bueno, saludando a aquellos que acaso han invertido en dos eternidades para comprender que el amor viaja recto por la hipotenusa, debo decir que también fue particularmente grato para mí el escuchar las palabras de reconocimiento y apoyo del Monseñor Héctor Cubillos al final de mi conferencia Un canto nuevo, de la ciencia a Jesús en el Seminario Mayor San José de Zipaquirá. Allí, el Señor Obispo expresó públicamente que lo que se había escuchado, con canciones intercaladas con explicaciones, era en efecto muy útil para evangelizar de una manera novedosa y le pidió a Dios que me acompañara en mis quehaceres. Sus generosas palabras fueron en efecto tan bellas que le hicieron aguar los ojos a mi hermana Xiomara, mi promotora esencial. A continuación aparecemos ella, él y yo en la compañía de seminaristas claramente felices y valientes.

Acordamos con él que en otra ocasión compartiría todas las charlas de mi festejo de 30 años y acaso hasta las 18 horas de mi clase seminario. Al yo sugerir esta última posibilidad, él replicó con alegría que en ese caso podría quedarme a dormir en el Seminario para que fuera más fácil. ¡Ojalá así sea! ¡Que viva mi patria y que lo que logre hacer pueda contribuir a forjar la verdadera paz, tan requerida en el mundo! …

… Además de las siempre festivas charlas, cual una roseta dentro de la campana de Gauss de 16 puntas, ¡2 a la 4, no por azar!, sucedió que me entrevistaron en la radio en tres ocasiones, ¡como el número de colores arriba en la bandera de Colombia! En una ocasión fui convocado por la buena amiga de mi hermana Diana María Barrera a los estudios de la Iglesia Católica en Engativá—una zona de la extensa Bogotá—y dos veces fui invitado por mi nuevo amigo Felipe Santamaría a su programa Construyendo Sociedad en la emisora de la Universidad Piloto de Colombia.

En la primera entrevista, llevada a cabo por Diana María con la ayuda de Alicia Rodríguez y de mi hermana Xiomara, se grabaron cuatro programas que salieron al aire en diversas emisoras católicas de la capital y más allá. Allí compartí con cierto detalle mi testimonio de conversión a partir de la ciencia y conté cómo se acumuló el conocimiento hasta dar lugar a mis libros y también a mis canciones. A este respecto, fue una dicha el cantar conjuntamente con Xio la canción mariana Oh virgen preferida citada antes. El suceso suscitó gran alegría en Diana y Alicia y también en el amable y entusiasta director del estudio de grabación. Alabamos a Dios y la pasamos muy bien.

Las otras dos entrevistas en La Piloto fueron también muy bellas y esto fue así por la amabilidad de quienes las hicieron y por el formato inusual que tuvieron. Resulta que siguiendo la sugerencia del ya nombrado Juan Sebastián de Plaza, el primer evento, realizado por él y el ingeniero Felipe Santamaría, también ya nombrado, utilizó como base cuatro canciones mías que había enviado previamente. Así, la conversación acerca de quién era yo, de Ingeniero Civil a profesor universitario y de científico a un hombre de fe, estuvo adornada por mis composiciones, las cuales dieron lugar a explicaciones sobre la marcha. Puedo decir con emoción que fue muy significativo para mí el que mi mejor canción, esa larga oda al Señor con su coro definiendo la igualdad de su cruz y su silueta, “X = Y”, haya salido al aire de primera, sin que yo lo hubiera pedido así. Fue realmente una hermosa sorpresa que me llenó de alegría aquel día y que refrenda que no será por casualidad cuando llegue otro día en que suene mi banda Shanti Setú/Puente de Paz. ¡Que así sea!

Al final de la primera entrevista quedó claro que había material para hacer otra y así a la semana volví a los estudios y la grabamos conjuntamente con Felipe. A continuación se encuentra la primera conversación la cual dura sólo una eternidad, es decir 1 hora o ¡2 a la 0! La segunda, Dios mediante aparecerá en la siguiente campanita.

Como acaso ya lo pudieron oír y como seguro lo pueden comprender, tuve un festejo muy bonito por la patria. Y regresé a la bella Davis agradecido con lo que pude hacer y también deseoso de poder hacer más, ojalá mucho más.

Aprovechando la ocasión para enviar un abrazo a las madres en su día, incluida María, nuestra Madre cuando se avecina el festejo de Nuestra Señora de Fátima, esta campanita concluye con una canción que refleja lo que ha ocurrido cuando he logrado mantener el sueño de compartir el amor de Dios. ¡Han pasado ya más de veinte años—acaso sólo una nada de tiempo como diría Carlos Gardel—y la divina compañía, a pesar de mi pecado, ha permanecido conmigo!

¡Alabado sea Dios!

EN TI

Si voy en ti Señor, todo va bien…

Me voy y vuelvo
en paz y gozo,
fui y regreso
en tu reposo. (2)

Te sigo y encuentro
tu luz en detalles,
provees mi sustento
en todos los viajes.

Recuerdas lecciones
alargas el tiempo,
sanas corazones
y me das aliento.

Me voy y vuelvo
en paz y gozo,
fui y regreso
en tu reposo.

Estás tan presente
un lucero cierto,
habitas mi mente
agua en el desierto.

Regalas tus llamas
sonríes muy dentro,
apoyas campanas
que alejan el viento.

Me voy y vuelvo
en paz y gozo,
fui y regreso
en tu reposo.

Te veo y suspiro
me bajo más quedo,
te sueño y espero:
eres mi alimento.

Inspiras mi canto
nutres mi esperanza,
preparas buen salto
en lluvia de alabanza.

Me voy y vuelvo
en paz y gozo,
fui y regreso
en tu reposo. (2)

(febrero 1999)

Canción registrada ASCAP copyright © 2022 by Carlos E. Puente

La canción a capela se puede escuchar aquí…

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