La parábola de la libélula

Resumen. Esta campanita relata cómo la entrada de una libélula a una bella fiesta de cumpleaños dio lugar a una curiosa canción acerca de nuestra necesidad de tener los ojos puestos en la verdadera luz. La historia se puede escuchar aquí, incluyendo un fragmento de la canción “Mi libélula” a capela: (en proceso)

El fragmento también se puede escuchar al final del texto.

La Presentación del blog provee información acerca del propósito de estas campanitas y la Organización del mismo muestra cómo las entradas se agrupan por categorías. Esta entrada pertenece a la categoría “Llamados a la conversión”.


Cuando felizmente llegué a mis cincuenta años, lo celebramos con una gran fiesta en casa, con un baile que incluyó, gracias a mi buen amigo León Soto, unos estupendos músicos puertorriqueños. Nos congregamos en la sala, cerca de la puerta, y allí cantamos alegremente, acompañados de guitarra, cuatro, maracas y bongó, mientras llegaban otros invitados.

De cuando en cuando se abría la puerta para dejar entrar más personas al convite y en medio de ese abrir y cerrar el espacio, y sin que nadie lo notara, se coló una hermosa libélula que voló hacia lo más alto del techo, en donde, sin duda, tenía la mejor vista del areito. Al verla allí, inmediatamente pensé en qué debía hacer para sacarla de la casa, lo cual parecía sumamente difícil pues estaba fácilmente a más de cuatro metros de altura.

Al ver al animalito tornasolado, algunos de los presentes empezaron a felicitarme con convicción, argumentando que dicha visita era un signo de buena suerte. Ciertamente ese ser alado se convirtió en el tema de conversación y recuerdo cómo le conté a mi hermano duartecito, cuando llegó, que una así, acaso la misma, se posaba a veces en un palo que sostenía una campanita enfrente de la casa y cómo ella recordaba a una que él había dibujado saliendo de una campana, en la muy artística carátula que él diseñó para mi primer libro Treasures inside the Bell:

En medio de la algarabía y sin haber dado muestra alguna de movimiento desde su posición arriba, el San Pedro o el caballito del diablo, tal y como algunos la llaman—vaya dicotomía—de pronto se lanzó planeando hacia una lámpara de pie que lanzaba luz hacia arriba. Oímos conmovidos el horrible sonido que hizo cuando se achicharró

… Quedamos atónitos ante lo sucedido y un mes después me inspiré para escribir la canción que se encuentra a continuación, la cual esboza una moraleja, una parábola, en el no dejarnos confundir por una luz irreal.

En estos tiempos que nos toca vivir, en los que casi todo vale y muchas mentiras se expresan como verdades, es pertinente recordar, en medio de la Cuaresma, que solo hay uno quien es la luz verdadera: Jesús, Nuestro Señor (Jn 8:12).

MI LIBÉLULA

!Vaya, qué curioso!

Libélula en caratula…

Luego me visitó…

Y hasta entró en casa…

Una libélula
vuela coqueta una libélula,
una libélula
se posa en palo la libélula.

Un verso alado del edén
tornasolado en mi jardín,
siempre venía a visitar
engalanando con postín.

Esta amiga singular
enarbolaba su matiz,
llegaba presta a descansar
acompasando mi sentir.

Una libélula
vuela coqueta una libélula,
una libélula
se posa en palo la libélula.

Una libélula
entró en la casa la libélula,
una libélula
en lo más alto la libélula.

La puerta abierta encontró
en bello areito del vivir,
muchos la vieron reposar
arriba, arriba, ay de mí.

Entre arpegios y bongó
fue fiel testigo del festín,
la concurrencia la alabó
es buena suerte, sí que sí.

Una libélula
entró en la casa la libélula,
una libélula
en lo más alto la libélula.

Una libélula
bajó planeando la libélula,
una libélula
a lo atrayente la libélula.

Nuestra amiga decidió
ay deslumbrada por candil,
cambiar su vista sin igual
irse a buscar otro perfil.

Se lanzó ella sin dudar
a fría lámpara de pie,
y allí la oyeron centellear
jugar su último papel.

Una libélula
bajó planeando la libélula,
una libélula
a lo atrayente la libélula.

Una libélula
murió tostada la libélula,
una libélula
por confundida mi libélula.

Ay se fundió un San Pedro…

Ay caballito del diablo,
mala suerte…

Puente de paz, con amor…

Hay moraleja…

No te confundas tú
ay yendo a falsa luz,
no te equivoques no
y aferrarte al buen amor.

No te confundas tú
olvidando la santa cruz,
no te equivoques no
solo uno por ti murió.

Shanti Setú a caballito…

No te confundas tú
alejado de buena luz,
no te equivoques no
y acepta a tu Señor.

No te confundas tú
con remedo de fina cruz,
no te equivoques no
un sacrificio solo salvó.

Oye bien…

Aprende el coro…

Una libélula
fue buen regalo la libélula,
una libélula
de cumpleaños mi libélula.

Una libélula
de buena suerte la libélula,
una libélula
pa’ mis amigos mi libélula.

Una libélula
oh don del cielo la libélula,
una libélula
pal equilibrio mi libélula.

Una libélula
brota e campana la libélula,
una libélula
ay siempre llama mi libélula.

Puente de paz…

Una libélula
no te confundas tú,
ay mi libélula
no te equivoques no… (3)

(septiembre 2006)

Canción registrada ASCAP copyright © 2022 by Carlos E. Puente

Un fragmento a capela se puede escuchar aquí…

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