Resumen. Esta campanita resume lo hecho en un viaje reciente a Colombia y retoma la temática de Jesús como el equilibrio para argumentar que el amor verdadero nos atañe a todos. El escrito y un fragmento de su canción “La diferencia” se pueden escuchar aquí: (en proceso)
El fragmento de la canción también se puede escuchar y visualizar al final del texto.
La Presentación del blog provee información acerca del propósito de estas campanitas y la Organización del mismo muestra cómo las entradas se agrupan por categorías. Esta entrada pertenece a la categoría “Recuerdos de responsabilidades”.
Hace pocas semanas, en el mes de septiembre de 2019, tuve la oportunidad de volver a mi patria, Colombia, para hacer lo que creo me toca a mí: el intentar explicar cómo la ciencia moderna ilumina urgentemente el amor de Jesucristo como la única y mejor opción en nuestras vidas.
Aunque no pude romper el récord de dieciséis conferencias antes establecido, cual relatado en un festejo bonito aquí, pude hacer, gracias a Dios, quince pláticas que creo dejaron buenas semillas en diversas audiencias, tanto en universidades, como en un Seminario, como en un Grupo de Oración.
Contribuyendo así a la Nueva Evangelización de una manera novedosa y con el debido ímpetu de un acto amoroso proselitista que muestra e invita al único camino al Padre, logré mi cometido guiado por las sorpresas del Espíritu Santo que, entre otras cosas, me permitió, acompañado de cánticos inspirados (como los hallados en estas campanitas), el conocer a nuevos y valiosos amigos en la verdadera fe.
Cuando hoy por hoy me parece que todo fue un sueño, como suele sucederme una vez regreso a California, le doy gracias a Dios por permitirme hacer el poquito que me toca para contribuir a Su Reino. Pues, más allá de la clase seminario que hago en estos días por estas latitudes y a lo largo del año académico—lo cual también es sólo un poquito—, ciertamente sueño desde ya con hacer otro poquito en viajes futuros, ya sea por mi patria o más allá …
… Como se puede constatar, la conferencia que más compartí en mi última excursión fue la de La Hipotenusa, la más sencilla de todas y hallada en forma de video aquí, la misma que nos permite entender cómo podemos aprender de la forma en que sucede la turbulencia natural para escoger volvernos amorosos y pacíficos. Como repaso a lectores asiduos o como aperitivo a aquellos que me leen por primera vez, a continuación explico un poco acerca del geométrico asunto.
Sucede que existe una forma genérica de fragmentación, como la generada por la turbulencia en el aire, la cual es coherente con el rompimiento del equilibrio en remolinos sucesivos, que llevan consigo variadas y fijas energías y que tienen escalas cada vez más pequeñas:
Este proceso, en el cual se observa la metafórica fracción 2/3—en el movimiento del espiral hacia adentro que bien expresa el egoísmo, aunque en el dibujo aparezca como un ente estático—termina denotando correctamente, de la ciencia a la Palabra de Dios, la labor divisiva del “príncipe del poder del aire” (Ef 2:2) y el “príncipe de este mundo” (Jn 12:31), el mismísimo diablo, pues su invitación falsa, yendo siempre hacia lo negativo, da lugar a las desigualdades genéricas en el mundo y a la eventual carencia de cohesión por doquier (y también dentro de nosotros mismos), simbolizada por el polvo prescrito de la muerte (Gn 3:19).
Sin embargo, si tenemos en cuenta que tenemos, como humanos con alma, la opción de unir en vez de dividir, podemos emplear el mismo diagrama proverbial, pero siguiendo el flujo antinatural del amor, es decir al revés de la diabólica codicia, para animar hacia la conversión y así hallar la misericordiosa reconciliación:
Como es facíl reconocerlo, este gran Sacramento se logra “rellenando todo valle y rebajando todo monte” (Lc 3:5), para al rectificar definir, en la debida calma y sin turbulencia alguna, la única manera en que puede hallarse la verdadera paz. Esto corresponde, claro debe estar, a nuestra elección de entregarnos a la pureza y a la virtud en nosotros y de darnos amorosamente a los demás cual denotado por un simbólico espiral positivo, el mismo que denota la cruz del mayor sacrificio imaginable, el cual sucedió precisamente a la hora nona (Mc 15:34) por nuestros divisivos pecados.
Es evidente que una vez esto está entendido, es decir que Jesús (el equilibrio y la hipotenusa acumulando) sea la única solución, nuestro primer deber debe ser el arrepentirnos de corazón de nuestro pecado, para luego poner en práctica Sus enseñanzas y así caminar amorosamente y en santidad hacia la unidad.
Aunque este hacer, interno y externo, parezca ser sólo un poquito, al final no lo es, pues allí está la única manera de hallar la plenitud dentro de nosotros y de mejorar, entre todos, el mundo que nos rodea.
La canción a continuación fue inspirada por un estudiante de física llamado Bryan quien se acercó a mí hace años, uno sonriente que se maravillaba con la posibilidad del amor que hace la verdadera diferencia. Ojalá ya salga la raíz de dos para que esta tonada suene con vehemencia y así dote un poquito de conciencia. No hay duda que a todos nos toca ser la diferencia, a mí y a ti, y sobre todo en estos tiempos extraños pero reales del “todo vale”.
LA DIFERENCIA
¡A todos nos toca!
Y nos toca entre todos…
Una voz se dijo al pensar,
una voz se dijo al pensar,
¡ay que incoherencia!
mira tú como van las cosas
con problemas multiplicados
y con líos por todos lados
oh cuánta impotencia…
Esa voz se dijo en verdad,
esa voz se dijo en verdad,
¡ay que intransigencia!
mira tú la vida está loca
y no veo cómo resolverla
ay por Dios, que cosa mi hermano,
pierdo la paciencia…
Y esa voz se dijo al pensar,
y esa voz se dijo al pensar,
¡hay tanta inclemencia!
mira tú parecen todos tontos
se matan los unos a otros
dividen a buenos y a malos
oh vana insolencia…
Y esa voz se dijo en verdad,
y esa voz se dijo en verdad,
¡ay que irreverencia!
mira tú la sangre calienta
y la mentira crece suelta
no parece que sea cierto
que haya providencia…
Y allí muy adentro
esa voz oyó,
y allí muy adentro
esa voz oyó,
una vocecita
que le susurró…
¿Y qué dijo?
¿Qué dijo, mi hermano?
Para ti y para mí…
¡Conversión!
Ay tonifica tu inteligencia
mira tú eres la diferencia,
úsala ya con eficiencia
mira tú eres la diferencia,
ay ama bien, con consistencia
mira tú eres la diferencia,
amigo y enemigo sin displicencia
mira tú eres la diferencia,
ay no practiques la indiferencia
mira tú eres la diferencia,
mejor clemencia por excelencia
mira tú eres la diferencia,
no más, que va, falsa apariencia
mira tú eres la diferencia,
enmienda to, con transparencia
mira tú eres la diferencia.
¡Es mejor admitir
me equivoqué,
que subir los hombros
con un a mi qué! (4)
Ay utiliza tu independencia
mira tú eres la diferencia,
porque en ti está toda congruencia
mira tú eres la diferencia,
escoge hoy vital conciencia
mira tú eres la diferencia,
puente de paz es la prudencia
mira tú eres la diferencia,
sueño de unión es pura ciencia
mira tú eres la diferencia,
ay hazlo hoy con obediencia
mira tú eres la diferencia,
a la fuerza no, es sin violencia
mira tú eres la diferencia,
ay vamos ya con toda esencia
mira tú eres la diferencia.
Es vital asumir
óyelo bien,
que culpar al otro
perdiendo la fe. (4)
Mira tú eres la diferencia… (8)
(octubre 2003)
Canción registrada ASCAP copyright © 2022 by Carlos E. Puente
Un fragmento de la canción a capela se puede escuchar aquí…