Resumen. Esta campanita realza la más elemental de las ecuaciones, X = Y, para denotar el amoroso sacrificio de Jesús por nosotros (la cruz y su silueta), la cual representa, además, la puerta estrecha que nos permite evitar el caos eterno y más bien llegar al Padre, al origen, al cielo. El relato se puede escuchar aquí, incluyendo otra vez la más bella de mis canciones “X = Y”: (en proceso)
La canción también se puede escuchar y visualizar en un video al final del texto.
La Presentación del blog provee información acerca del propósito de estas campanitas y la Organización del mismo muestra cómo las entradas se agrupan por categorías. Esta entrada pertenece a la categoría “Jesús el equilibrio, la hipotenusa y X = Y”.
Habiendo escrito un par de largas campanitas acerca del caos, aquí y aquí, y sabiendo que pronto vendrán otras extensas, escribo hoy una cortita para darle descanso al lector y también para matizar lo esencial cuando ya ha empezado el tiempo purificador de la Cuaresma.
El título de esta campanita bien lo expresa: Jesucristo, Nuestro Salvador y Señor, es en efecto el único. Él está allí en la ecuación más sencilla del álgebra, X = Y, recordándonos su amoroso sacrificio por medio de su última silueta, Y, equiparada a su cruz, X. Y si esto no se entendiera, esas mismas letras—conjuntamente con una J de Jesús—también se observan en la Sabana Santa de Turín en una roca ovalada colocada debajo de su barbilla.
¡X = Y ciertamente lo resume todo! Él es el equilibrio y por ende la recta hipotenusa que denota al único que nunca pecó. Él de veras es, El Camino, La Verdad y La Vida, el primer umbral que no debemos cruzar para eludir el caos y la misma puerta angosta que nos permite llegar a la raíz y origen en el Padre (Jn 14:6). También y tal y como lo instituyó en la última cena (Mc 14:22—24), Él está presente en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía y así podemos alabarlo expuesto en bellas custodias que aluden a Su generosa entrega, como esta dentro de la campana de Gauss circular …
… Cuando he celebrado esta semana mis 30 años de vida desde que nací de nuevo, medidos a partir de una inolvidable epifanía, escribo también con debido gozo para agradecerle al Dios Trino lo mucho que me ha dado, para decirle además, ante mis lectores cual testigos, que Su amor ha sido la mejor aventura que me haya podido suceder.
Así, con alegría y para festejar regalando lo que me ha sido regalado sin merecerlo, aquí incluyo a la que considero es mi mejor canción, X = Y, ¡cuál más!, así ya haya sonado en otra campanita. Esta composición me produce una emoción particular cuando la leo o escucho. Siempre me pasa lo mismo: ¡me parece mentira que sus versos hayan pasado por mí!
Curiosamente, la primera versión de dicha canción a una ecuación llegó en inglés, en una lengua no muy propicia para mis rimas, y allí ella existe y se llama, para diferenciarlas con humor, Y = X. Como lo expresé antes, el bello arreglo es obra de Lázaro Alemán en Cuba y así llegó una vez le pidiera que se inspirara en el estilo romántico de mi amigo José María Vitier.
Hoy, en un día especial en el que me siento particularmente conmovido, le pido a Dios, y con la intercesión de María, Nuestra Madre, que esta Cuaresma sea maravillosa y así podamos adentrarnos más y más y más, es decir como siguiendo tres cruces, al amor caritativo del Mesías: Jesús, el único.
No deje de escuchar la canción en el vídeo a continuación y hasta el final, pues contiene una bella sorpresa…
Canción registrada ASCAP copyright © 2022 by Carlos E. Puente
Si. Preciosa la melodía. Es música que se necesita para armonizar también los pensamientos. Muchas gracias por compartir. Y el final inesperado de este hermoso video GRACIAS
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