La parábola de la libélula/The parable of the dragonfly ♫

A translation of the entry into English is here.

Resumen. Esta campanita relata cómo la entrada de una libélula a una bella fiesta de cumpleaños dio lugar a una curiosa canción acerca de nuestra necesidad de tener los ojos puestos en la verdadera luz. La canción “Mi libélula” se puede escuchar aquí: 

La composición también se puede visualizar animada en YouTube al final de su texto.

La Presentación del blog provee información acerca del propósito de estas campanitas y la Organización del mismo muestra cómo las entradas se agrupan por categorías. Esta entrada pertenece a la categoría “Llamados a la conversión”.


Cuando felizmente llegué a mis cincuenta años, lo celebramos con una gran fiesta en casa, con un baile que incluyó, gracias a mi buen amigo León Soto, unos estupendos músicos puertorriqueños. Nos congregamos en la sala, cerca de la puerta, y allí cantamos alegremente, acompañados de guitarra, cuatro, maracas y bongó, mientras llegaban otros invitados.

De cuando en cuando se abría la puerta para dejar entrar más personas al convite y en medio de ese abrir y cerrar el espacio, y sin que nadie lo notara, se coló una hermosa libélula que voló hacia lo más alto del techo, en donde, sin duda, tenía la mejor vista del areíto. Al verla allí, inmediatamente pensé en qué debía hacer para sacarla de la casa, lo cual parecía sumamente difícil pues estaba fácilmente a más de cuatro metros de altura.

Al ver al animalito tornasolado, algunos de los presentes empezaron a felicitarme con convicción, argumentando que dicha visita era un signo de buena suerte. Ciertamente ese ser alado se convirtió en el tema de conversación y recuerdo cómo le conté a mi hermano duartecito, cuando llegó, que una así, acaso la misma, se posaba a veces en un palo que sostenía una campanita enfrente de la casa y cómo ella recordaba a una que él había dibujado saliendo de una campana, en la muy artística carátula que él diseñó para mi primer libro Treasures inside the Bell:

En medio de la algarabía y sin haber dado muestra alguna de movimiento desde su posición arriba, el San Pedro o el caballito del diablo, tal y como algunos la llaman — vaya dicotomía — de pronto se lanzó planeando hacia una lámpara de pie que lanzaba luz hacia arriba. Oímos conmovidos el horrible sonido que hizo cuando se achicharró

… Quedamos atónitos ante lo sucedido y un mes después me inspiré para escribir la canción que se encuentra a continuación, la cual esboza una moraleja, una parábola, en el no dejarnos confundir por una luz irreal.

En estos tiempos que nos toca vivir, en los que casi todo vale y muchas mentiras se expresan como verdades, es pertinente recordar, en medio de la Cuaresma y durante todo el año, que solo hay uno quien es la luz verdadera: Jesús, Nuestro Señor (Jn 8:12).

MI LIBÉLULA

Vaya, ¡con moraleja!

Una libélula
en primer libro la libélula,
una libélula
de la campana la libélula.

Una libélula
vuela coqueta la libélula,
una libélula
se posa en palo la libélula.

Libélula

Un verso alado del edén
tornasolado en mi jardín,
siempre venía a visitar
engalanando con postín.

Esta amiga singular
enarbolaba su matiz,
llegaba presta a descansar
acompasando mi sentir.

Libélula

La puerta abierta encontró
en bello areíto del vivir,
muchos la vieron reposar
arriba, arriba, ay de mí.

Entre arpegios y bongó
fue fiel testigo del festín,
la concurrencia la alabó
es buena suerte, sí que sí.

Libélula

Nuestra amiga decidió
ay deslumbrada por candil,
cambiar su vista sin igual
irse planeando a otro perfil.

Se lanzó ella sin dudar
a fría lámpara de pie,
y allí la oyeron centellear
jugar su último papel.

Libélula
una libélula.

Libélula
libélula, libélula.

Libélula
una libélula.

Libélula
quedó tostada la libélula.

Ay mi libélula…

Qué bella eras

Puente de paz…

No te confundas tú
ay yendo a falsa luz,
no te equivoques no
solo uno por ti murió.

No te confundas tú
ay lejos de santa cruz,
no te equivoques no
solo uno por ti venció.

No te confundas tú
ay yendo a falsa luz,
no te equivoques no
solo uno por ti murió.

No te confundas tú
ay lejos de santa cruz,
no te equivoques no
solo uno por ti venció.

Shanti Setú…

No te confundas tú,
ay oye amigo vente a la luz.

No te confundas,
no te pierdas, ay sin la cruz.

No te confundas tú,
ay la libélula fue a falsa luz.

No te confundas,
tu buen amigo murió en la cruz.

No te confundas,
no te confundas.

No te confundas,
ay, Cristo, es la luz.

No te confundas…

Una libélula
ay buena suerte la libélula,
una libélula
pa’ mis amigos la libélula.

Una libélula
oh don del cielo la libélula,
una libélula
pal’ equilibrio mi libélula.

Libélula

(septiembre 2006/junio 2025)

La canción fue arreglada por Luis Armando Alarcón Rodríguez, bajo la dirección de Lázaro Alemán López director musical de Shanti Setú/Puente de Paz. La composición interpretada por Leonel Mederos Bravo con Luis Armando Alarcón Rodríguez al piano e Idalia Martínez Espina y Lázaro Alemán López en los coros, se puede escuchar animada a continuación…

 

Canción registrada ASCAP 916349388 copyright © 2022 by Carlos E. Puente

Esta entrada fue publicada en Campanitas. Guarda el enlace permanente.