Musicalidades de infancia

Resumen. Esta campanita evoca la música que escuchábamos en casa cuando yo crecía e incluye dos composiciones inspiradas por canciones del Trío Matamoros y Tito Rodríguez. El escrito y fragmentos a capela de las canciones “Lecciones a lo Matamoros” y “Reescribiendo a Tito” se pueden escuchar aquí: (en proceso)

Los fragmentos de las canciones también se pueden escuchar al final del texto.

La Presentación del blog provee información acerca del propósito de estas campanitas y la Organización del mismo muestra cómo las entradas se agrupan por categorías. Esta entrada pertenece a la categoría “Algunos consejos adicionales”.


Como lo atestiguan estas campanitas de fe, la alegre música del Caribe ha jugado un papel preponderante en mi vida. A mis padres, Carlos y Dorita, les encantaba bailar y es así como mi afinidad por tales sonoridades se remonta hasta los tiempos en que estaba amorosamente protegido en el vientre de mi madre. Es desde allí, desde lejos, de donde proviene mi afición particular, la cual me ha acompañado siempre, dando lugar, acaso de una manera previsible, a composiciones propias que intentan animar hacia el amor de Dios.

Recuerdo de niño, cuando tenía unos tres años o acaso menos, que la invención del tocadiscos me causaba una particular fascinación. Así, me pasaba anonadado largos ratos enfrente de la radiola observando—quizás cual científico en potencia—cómo las rotaciones sucesivas concordaban con el sonido. Evoco, aunque ya han pasado unas tres nadas—para citar multiplicando aquella canción famosa de Carlos Gardel—, cómo me paraba tambaleante mirando el gramófono y sostenido por mis dientes incisivos frontales, los cuales, por reiteración en el mismo sitio, terminaron tallando dos ranuras en el mueble. ¡Vaya si me gustaba estar allí, absorto de principio a fin, y ya gozando al son de Celia Cruz y la Sonora Matancera! ¡Cuánta alegría me causa escribir esta anécdota antigua y bella!

Y siguiendo con el alborozo musical de mi niñez, deseo conmemorar aquí cómo después, algo así como a mis 5 o 6 años, me atrajo decididamente la percusión omnipresente de lo que se escuchaba en casa. Recuerdo que en una Navidad, mientras mis padres y otras parejas bailaban, me valí de unos lápices de colores (¡de veras, eran de colores!) y los empleé—cual baquetas de unos timbales primitivos—para extraerle sonido a la forja de la chimenea de la casa. Claro, la ocurrencia del chiquitín no pasó desapercibida y días después mis papás me regalaron mi primer bongó, uno pequeñito para mi edad y de la Casa Conti. ¡Bello recuerdo éste también! …

… El bongó es aquel instrumento compuesto por dos tambores pequeños de distintos tamaños, que el bongosero, típicamente sentado y sujetando el artefacto entre las piernas, percute con las manos. Éste, y no la más popular y armoniosa guitarra que hubiera podido llegar a estudiar, se convirtió en mi compañero a partir de mi adolescencia y hoy por hoy disfruto tocando uno, ya no pequeñito, que mi esposa Marta y mis hijas Cristina y Mariana me regalaron: un estupendo modelo profesional de Latin Percussion, que tiene un timbre muy bello.

Dejándome llevar por el metrónomo de la música del Caribe, la llamada “clave” del son y también la de la rumba—ambas básicamente cubanas—, con el paso de los años aprendí a adentrarme y abstraerme en las melodías con el toque coordinado de mi bongó, sabiendo que allí, en el fluir mágico de las notas al nivel de mis rodillas, palpaba, de una forma providencial, un pedacito del infinito. En estos días, cuando tengo la oportunidad de tocar mi peculiar número ocho—¡o el infinito claro!—al compás de mis artistas favoritos, lo hago soñando con hacerlo con mis propias composiciones, para así hacerle caso al salmo cantándole al Señor un canto nuevo. ¡Que el Dios trino ya permita la llegada de la raíz de dos y que ya pueda fundar Shanti Setú!, cual expresado a continuación pensando en mi canción Fiesta eterna al son de D’Mambo del maestro puertorriqueño Luis “Perico” Ortiz:

… Aunque ha sido muy bello evocar gratos recuerdos de infancia—incluida Celia Cruz, la Reina de la Salsa, ya citada en estas campanitas en la dedicatoria de una canción por la unidad de Cuba en Cristo—, lo que le da el nombre a este escrito son dos canciones que llegaron a mí basadas en musicalidades de antaño. Estas son dos popurrís inspirados por los bellos trabajos de dos grandes grupos musicales que se escuchaban en casa y que aún escucho y disfruto en estos días, años después.

Como se notará a continuación, las dos canciones se llaman Lecciones a lo Matamoros y Reescribiendo a Tito, las cuales, con el debido respeto y admiración, proveen nuevas letras, primero, a sones ilustres y clásicos del cubanísimo Trío Matamoros y, segundo, a bellos boleros y otros ritmos sincopados del puertorriqueño Tito Rodríguez.

El famoso Trío Matamoros, compuesto por Siro, Cueto y Miguel, este último Matamoros como director y compositor, es más de la época de mis abuelos que la de mis padres, pues trabajaron desde 1925 hasta 1961. Es de ellos el muy conocido Son de la Loma, que expresa que aunque ellos cantaban en La Habana, provenían de Santiago de Cuba. En casa se bailaban y cantaban sus canciones pegajosas y me ha producido alegría el encontrar en la red informática la caratula de uno de los discos que teníamos:

Mi canción Lecciones a lo Matamoros emplea la estructura de cuatro canciones famosas del Trío: Cuidaito compay gallo, El paralítico, El trío y el ciclón y Buche y pluma no má, para crear una composición que invita al amor verdadero y también, por su cadencia, a la alabanza. Dichas canciones aparecen expresamente citadas en el texto del popurrí y allí se encuentran enlaces que permiten escucharlas.

El gran Tito Rodríguez es, sin duda, unos de los mejores cantantes que ha dado la música popular del Caribe. Él se distinguió además como compositor y por liderar una gran orquesta que en los años 50 y 60 rivalizaba con la del otro Tito, Tito Puente. La cadencia especial y la claridad de la voz de Tito Rodríguez se aprecia, en particular, en su interpretación del famoso bolero Inolvidable, el cual produce una nostalgia peculiar cuando se considera que él murió muy joven, a los 50 años en 1973.

Habiendo bailado mis padres al son de los dos Titos en el famoso Palladium en Nueva York antes que yo fuera concebido, en casa se escuchaban los discos de ambos artistas. Acaso Rodríguez nos gustaba un poco más y la siguiente caratula, felizmente hallada en la red informática, corresponde a un álbum de 1962 que teníamos:

Mi canción inspirada por éste, Reescribiendo a Tito, usa respetuosamente como base cuatro de sus éxitos: Si te contara, Cuando ya no me quieras, Cuándo, cuándo y Mamá guelapara crear una canción que anima a la llegada de mi banda Shanti Setú/Puente de Paz para enfatizar, en estos tiempos inciertos del “todo vale”, la primacía de Jesucristo: sólo en Cristo, sólo en Cristo, en un coro potente al final. Como en la canción basada en los sones del Trío, estas composiciones aparecen citadas en el popurrí con enlaces para ser escuchadas.

Ya para finalizar y como testimonio de musicalidades ya no tan de infancia, comparto a continuación una foto con la mejor cantante del género, La guarachera del mundo, así no haya en esta campanita una canción basada en una interpretada por ella. Allí estamos, en un feliz día de 1977 en Bogotá, Celia y su esposo Pedro, flanqueados por mi hermana Xiomara (co-editora de estas campanitas junto a mi esposa Marta) y por mí.

¡Cómo ha pasado el tiempo, solamente miren mi corbata! ¡Pero vaya alegría la que refleja la fotografía, una que ojalá también transmitan mis dos canciones aquí!

¡Que estas musicalidades de infancia toquen los corazones de aquellos que puedan escucharlas muy bien cantadas, y no por mí a capela! ¡Y que ellas, cual buen granito de arena, lleven a la clave, quien más sino Él, Jesucristo Nuestro Señor, e inspiren el amor que necesitamos en este mundo moderno!

LECCIONES A LO MATAMOROS

Para bailar y gozar…

Cuidaito compay gallo

Para vencer el dolor
y para sembrar amor
debes hoy sanar tu herida.

Hay una salida cierta
sabia la opción siempre abierta
que en su candor dota vida.

Mejor tumbar ay toda muralla
para escuchar bien la voz
que a ti te invita a cantar, ay Dios.

Que si te dejas llevar
vas segurito a gozar, ay sí.

Así pues, oye te digo
así pues, ay ven amigo:
sana hoy tu corazón
pa’ que bailes este son.

Puente de paz…

El paralítico

Deja ya el cinismo y el rencor
y podrás vivir mejor,
ay deja ya el cinismo y el rencor
y podrás sembrar amor.

En estos tiempos modernos, ay sí,
con tanta consternación, ay Dios,
en estos tiempos modernos, ay sí,
con tanta consternación, ay Dios,
es fácil perder el centro, oye
cayendo en la desazón.

Deja ya el cinismo y el rencor
y podrás vivir mejor,
ay deja ya el cinismo y el rencor
y podrás sembrar amor.

En estos tiempos modernos, ay sí,
en medio de la confusión, ay Dios,
en estos tiempos modernos, ay sí,
en medio de la confusión, ay Dios,
podemos hallar la esencia, oye
practicando el buen amor.

Deja ya el cinismo y el rencor
y podrás vivir mejor,
ay deja ya el cinismo y el rencor
y podrás sembrar amor.

En estos tiempos modernos, ay sí,
de tonta retaliación, ay Dios,
en estos tiempos modernos, ay sí,
de tonta retaliación, ay Dios,
debemos cambiar el rumbo, oye
nunca negando el perdón.

Deja ya el cinismo y el rencor
y podrás vivir mejor,
ay deja ya el cinismo y el rencor
y podrás sembrar amor.

Shanti Setú…

El trío y el ciclón

Y cada vez que olvidamos el amor
no comprende el corazón,
cada vez que negamos el amor
arremete un gran ciclón.

El ciclón es egoísta, ay sí
y destruye sin azar, ay Dios,
el ciclón es egoísta, ay sí
y destruye sin azar, ay Dios,
y para lograr la calma, oye
tienes que jugar al más.

Y cada vez que olvidamos el amor
no comprende el corazón,
cada vez que negamos el amor
arremete un gran ciclón.

El ciclón es divisivo, ay sí
y priva de libertad, ay Dios,
el ciclón es divisivo, ay sí
y priva de libertad, ay Dios,
y para vencerlo, oye
debemos amar y amar.

Y cada vez que olvidamos el amor
no comprende el corazón,
cada vez que negamos el amor
arremete un gran ciclón.

El ciclón es embustero, ay sí
y habita en el corazón, ay Dios,
el ciclón es embustero, ay sí
y habita en el corazón, ay Dios,
y para sanar la casa, oye
el verso ha de ser canción.

Y cada vez que olvidamos el amor
no comprende el corazón,
cada vez que negamos el amor
arremete un gran ciclón.

Puente de paz…

Buche y pluma no má

El amor de verdad
lo sana todo,
el amor de verdad,
y abrazo de unidad
lo puede todo
por la caridad.

Ay no dudes, no no
ese es el modo
santa caridad,
sin mentiras mi bien
lo hallas todo
y sueñas en paz.

El amor de verdad
lo sana todo,
el amor de verdad,
y abrazo de unidad
lo puede todo
por la caridad.

Un camino, te digo
solo hay
y es en libertad,
el abrigo
basado en la verdad
al final ganará.

El amor de verdad
lo sana todo,
el amor de verdad,
y abrazo de unidad
lo puede todo
por la caridad.

Así que…

Deja ya el cinismo y el rencor
y podrás vivir mejor,
ay deja ya el cinismo y el rencor
y podrás sembrar amor.

Y cada vez que olvidamos el amor
no comprende el corazón,
cada vez que negamos el amor
arremete un gran ciclón.

(agosto 2007)

Canción registrada ASCAP copyright © 2022 by Carlos E. Puente

Un fragmento de la canción a capela se puede escuchar aquí…

REESCRIBIENDO A TITO

¡Gracias Rodríguez, Tito!

Para Marta, mi esposa, en el día de nuestras bodas de granito

Si te contara

Si ya llegara
el gran acierto
si ya saliera
la raíz de dos
que vela mi intento,
mi experimento
de ya varios años
de fe en el mecenas,
arde mi entraña
sueño ay la victoria
¡oh santa faena!

Si ya llegara,
me encantaría,
si ya plantara
esa añeja rueda
de lluvia y vigía,
pues si se posa
con pétalos ella
sería mi lirismo,
pa’ salir cantando
invitando al reino
del todo acogido.

Cuando ya no me quieras

Cuando llegue mi día
cuídame oh cariño,
vela tú mi humildad,
emoción y vigor.

Pues si olvido mi vía
no estaré con el niño,
no me dejes negar
ay no no, mi verso interior.

Partiremos cantando
el poema y su acervo,
diremos por la senda
que Jesús es el verbo.

Y con la bella banda
inspirando su ritmo,
llegaré a mi destino
y en nombre del hijo
así cantaré.

Cuándo, cuándo

Ay si el día llega ya
gozaré cantando tanto,
si se asoma ay verás
el sueño será capaz.

Y si el día viene al fin
y mi banda va sonando,
si bailan gozando ay sí
ay será puente de paz.

El compás de su son
sana todo el engaño,
llegue ya raíz de dos
pa’ animar al rebaño.

Ay si el día llega al fin
y mi verso van gozando,
animando hacia el más
hipotenusa sin jamás.

El compás de su son
sana todo el engaño,
dota pronto oh Señor
pa’ animar al rebaño.

Mamá guela

Sólo en Cristo, sólo en Cristo
oye, la banda en escena,
sólo en Cristo, sólo en Cristo
mira, Shanti Setú suena,
sólo en Cristo, sólo en Cristo
oye, ay ama de veras,
sólo en Cristo, sólo en Cristo
mira, Él es vida nueva.

Sólo en Cristo, sólo en Cristo
mira, su amor sana pena,
sólo en Cristo, sólo en Cristo
oye, Él da vida nueva,
sólo en Cristo, sólo en Cristo
mira, María es la buena,
sólo en Cristo, sólo en Cristo
oye, la madre serena.

Sólo en Cristo, sólo en Cristo
<bongó>
sólo en Cristo, sólo en Cristo
<bongó>
sólo en Cristo, sólo en Cristo…

(enero 2016/junio 2019/octubre 2019)

Canción registrada ASCAP copyright © 2022 by Carlos E. Puente

Casi toda la canción a capela se puede escuchar aquí…

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Una respuesta a Musicalidades de infancia

  1. Veo en ti, un reflejo de gratidad y amor por camino que JESUS puso en tu camino. Un abrazo y saludos Fernando Torres Tatataranieto….

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